Velocidad y Escape Capitulo 2 "Lobos" La tecnología en estos días era algo impresionante. Teléfonos móviles parecían mas computadoras de mano con miles de aplicaciones y usos. Las computadoras cada día eran mas pequeñas y veloces, los autos ya no eran como antes y la vigilancia no necesariamente se tenia que hacer de cerca. Para poder vigilar a los corredores y a otros delincuentes, la ciudad de Bayview hizo una millonaria inversión "secreta". Para hacerla funcionar y que diera resultados, tuvieron que hacer un complicado plan logístico para evitar que algún policía corrupto o funcionario publico notificara a los delincuentes. Resulta que el Departamento de Policia de Bayview, en conjunto con fondos de la ciudad, invirtieron en uno de estos aviones espías militares los cuales vuelan a control remoto. Equipados con cámaras infrarrojas, acercamiento y otros detalles secretos; el vampiro, como lo habían apodado, vigilaba durante largas horas. Muchos criminales se preguntaban como era posible que los oficiales de la ley cayeran sobre ellos tal si tuvieran un informante o una especie de inteligencia especial. Entre las marañas estaba hacerles creer eso mismo. El vampiro era manejado por un grupo especial quienes vestian no como policias, ni con ningun uniforme reconocible, todo lo contrario, siempre iban como empleados de mantenimiento. Si tenían que limpiar algun área lo hacían sin problema, todo para continuar aparentando. Conversaban con oficiales en el turno nocturno y se turnaban el manejo del vampiro. No podían desaparecerse todos. Al principio fue de esta forma, hasta que se completo la instalación aparte y distante para ellos. Era una antigua fabrica de telas, abandonada ya muchos años atrás con altas cercas y curiosos buscando fantasmas. No necesitaban toda la factoría por lo que se aseguraron de esconderse aun mas dentro de ella, dejado todo lo demás igual de abandonado. Dejaban a los busca fantasmas hacer su actividad, siendo observados con cámaras cuidadosamente puestas y a los vagamundos vivir allí y hasta drogarse. No deberían dar la sospecha de ninguna forma o se arriesgaban a perder el programa de vigilancia. El vampiro tenia su propia pista de aterrizaje y grupo de tecnicos a las afueras de la ciudad en un area remota, pantanosa y de dificil acceso por no decir imposible. Infestada de cocodrilos y otros animales no muy amistosos, nadie tendria interes en curiosear excepto los amantes de la naturaleza, biologos y cazadores. Para ellos desarrollaron otro plan el cual los mantenia siempre a raya, pero de no ser asi, el plan incluia utilizar otros metodos no bien vistos por la ley. Nada de lo que el gobernador de la ciudad tendría que enterarse. Esta noche el vampiro estaba de cacería nocturna. Como era costumbre, desde la oscuridad provista por la noche, las cámaras del silencioso aeroplano buscaban cualquier acto sospechoso. El conglomerado de autos en el puerto llamo su atención y se mantuvieron vigilando hasta que empezaran a correr. Seria en ese instante que otro grupo especializado los perseguiría. Para cazar corredores no podías contar con vehículos comunes, mucho menos policías comunes. Cinco Corvettes modificados de color negro, liderados por el veterano Sargento Tomas Plaza era la respuesta a este dilema. Tomas Plaza era un experto corredor y conocedor de autos, obsesionado con sacar este tipo de competencias ilegales de las calles. Era de piel oscura, calvo, corpulento y grueso rostro. Se le conocía por ser muy exigente con su trabajo y rara era la vez que sonreía. Su escuadrón estaba compuesto por cuatro agentes mas, todos con récord criminal a causa de lo mismo que perseguían y por consiguiente con la necesitada experiencia. Eran conocidos como los " lobos". Quizás por el hecho de que siempre andaban en grupo y se armaban de diferentes tácticas para atrapar a sus presas. A posicionado a las afueras del puerto, el Sargento Plaza esperaba en su Corvette junto a sus cuatro subordinados. Tenia una computadora portátil con la que analizaba los récords criminales de los vistos por el vampiro. La sorpresa de la noche fue descubrir quien conducía el Evo que se le había escapado varias veces y al cual no veía desde hace un tiempo; David Carlinoche. Todos sabían quien era y Tomas era un viejo amigo de su fenecido padre. Se vio forzado a sonreír en soledad, al acordarse del parecido estilo de conducir de Julio y David. Era una lastima que ahora estuviera obligado a cazarlo. La otra clave para el éxito de su operación, era utilizar una frecuencia de radio totalmente diferente y no encontrada en las ondas. Cualquiera podría rastrear las otras ondas radiales, como comúnmente hacían los corredores y delincuentes. Tres camiones listos para la redada y patrullas de policía sin rotulación, llegaron, deteniéndose cerca del los Corvette y avisando por radio. - Todo listo Sargento. Esperamos su orden. - Adelante. Dijo Plaza con el usual sonido grave en su voz. - El del Evo es mío. Dicho esto acelero el Corvette, yéndose al frente del grupo, como si se tratase de una invasión. Lo que en cierta forma era. Cuando un corredor se le escapaba se convertía en algo personal. Pero con David Carlinoche el caso era diferente, aunque no sabia como explicarlo. Era como si estuviera reviviendo una vieja rivalidad.